Por fin y tras un par de meses peleando y trabajando casi sin descanso, puedo decir, que tengo una web.
Entiendo que a algunos, les parecerá una nimiedad y algo muy sencillo, pero tengo que decir, que ha sido una de las cosas, que en los últimos años me ha quitado el sueño.
Me despertaba a mitad de la noche, pensando cómo quedaría mejor la página, como podía solucionar algo que no funcionaba o simplemente mejorar un botón, un miserable botón, que en realidad no es nada o quizás si lo sea.
No soy de acabar algo sin un cierre y eso de “venga que sí, que vale, que ya está…” lo odio, así que esto me ha supuesto un sobre esfuerzo, que no tenía muy claro si al final vería o no la luz.
Lo que sí que está claro, es que si no lo intentas, nunca sabrás lo que puedes llegar a conseguir.
Tengo la gran suerte de tener grandes amigos, que no me han soltado de la mano en todo este tiempo y que me han ayudado y aconsejado cuando me flaqueaban las fuerzas y no veía salida. En esto tengo que agradecer especialmente a Conxi Barba, que a través de Alavozdeya, no ha dejado que lo tirara todo por la borda en algunos momentos.
Me ha pasado de todo: he bloqueado la página varias veces, no conseguía ni entrar, no me funcionaban las plantillas que elegía, no era capaz de que nada funcionara como yo quería, pero a base de ayuditas y de utilizar la técnica de prueba-error, parece que al final va a funcionar y voy a poder presentaros mi trabajo y el motivo por el que os he tenido un poco abandonados a algunos y por lo que he utilizado unas cuantas horas, que antes dedicaba a otros menesteres.
También tuve problemas con las fotos que quería que figuraran en las redes sociales. Solo confiaba en que alguien que me conociera, pudiera plasmar en una foto, lo que queríamos trasmitir. Y para eso mí amigo y gran artista Carlos Díez, no dudó un segundo en coger su cámara y dejar unas horas sus pinceles. En este momento, estoy en el proceso de elegir las mejores fotos y para ello me están ayudando nada menos que 90 personas, que están dispuestas a aguantarme y ayudarme para tomar las mejores decisiones.
Después de todos estos esfuerzos, solo espero que os guste y pediros a vosotros mis amigos y a todo el que se pasee por estas reflexiones de alcoba, que no dejéis de darme vuestra opinión que como siempre espero con inquietud y con ganas de poder mejorar cada día.
Mi objetivo siempre es mejorar y gracias a vuestras críticas y aportaciones, no dejaré de hacerlo.
“El precio del éxito, es trabajar duro y la determinación de que, sin importar si perdiste o ganaste, diste lo mejor de ti mismo en el proyecto”