Muchas veces no somos conscientes del reflejo de nuestras emociones en nuestra voz. Tanto en aquellas emociones positivas, como en las negativas, nuestra voz termina adaptándose a ellas.
La capacidad de reconocer a través de la voz las emociones en las otras personas, es primordial para comunicarnos con quienes nos rodean. Esto es posible gracias a que nuestro cerebro recibe toda la información a través de los canales perceptivos que permiten advertir las emociones que sienten los demás.
Para ello nos basamos en la voz, los gestos, la mímica. ¿Cuantas veces al hablar por teléfono somos capaces de identificar el estado emocional de las personas, con solo escuchar su voz? Luego decimos frases como: “noté en tu voz que estabas preocupado”, o “le escuché y estaba tan feliz…” por el tono de su voz, “noté que estaba triste”.
El sentido del oído puede ser aún más eficaz que el sentido de la vista cuando tratamos de identificar las emociones e intenciones de los otros.
La voz nos transmite información respecto al estado de ánimo, las emociones, los sentimientos. Las personas, generalmente adoptamos diferentes matices en nuestra voz, adaptados a nuestro estado de ánimo. La información que nos brinda es tan rica que, gracias a ella, podemos detectar el tono emocional básico en la voz ( por ejemplo: enfado/alegría, diferenciar entre sentimientos positivos/negativos) y así distinguir también entre los diferentes matices como por ejemplo: el enfado del miedo o la tristeza; temor por compasión, interés y vergüenza. Esta capacidad de percibir los matices en las voces es en el ser humano altamente especializada, incluso ocupa un lugar diferente en nuestro cerebro, al de la región que se encarga del reconocimiento facial de las emociones.
Esto sucede porque los seres humanos estamos provistos de un aparato fonador que nos permite emitir sonidos. Gracias a las variaciones que somos capaces de realizar en la respiración, ritmo, volumen, tono y velocidad, acompañamos nuestras palabras de emociones.
A cada emoción, le atribuimos unas características particulares en la voz relacionadas con el volumen, tono, velocidad y ritmo, por ejemplo:
Emociones | volumen | tono | velocidad | ritmo |
MIEDO | suave | grave | lenta | regular |
IRA | alto | agudo | rápida | regular |
ALEGRIA | alto | agudo | rápida | regular |
TRISTEZA | suave | grave | lenta | irregular |
SATISFACCION | normal | normal | normal | regular |
Puedes comprobarlo por ti mismo eligiendo una frase cualquiera por ejemplo “hola, ¿qué tal? Mi nombre es…” y repítela cambiando el volumen, tono, velocidad, ritmo, como en el cuadro anterior pensando en los diferentes estados de ánimo. ¿Percibes los cambios? ¿Qué emociones transmites con los diferentes ajustes en tu voz? Como es tu respiración mientras lo haces con las diferentes emociones. ¿Percibes en la zona del cuello mayor o menor tensión de acuerdo a la emoción expresada?